Lee la biografía de uno de los militares más importantes en tiempos de los Reyes Católicos, Gonzalo Fernández de Córdoba, "El gran capitán".
(Lectura aproximada de 7 minutos)
Nacido el 1 de septiembre de 1453 en Montilla (Córdoba),
fue conocido en su tiempo y en el nuestro como el ‘Gran Capitán’.
Provenía de una familia de la nobleza dedicada durante siglos a la ganadería y
a la guerra de frontera. Antepasados suyos habían luchado junto al rey Fernando
III ‘El Santo’ en las conquistas de Córdoba y Sevilla.
Desde esos momentos esta familia se vio vinculada a política real, incluido el
episodio de la guerra civil que enfrentó a dos hermanos durante el siglo
XIV: Pedro I y Enrique II de Trastámara.
El padre del Gran Capitán, Pedro
Fernández, fue señor de Cañete de la Frontera, Priego y Montilla.
Además, también fue alcalde mayor y alguacil de Córdoba. Todos estos títulos
pasaron al hijo mayor y primogénito, el cual era el hermano mayor del Gran
Capitán, Alfonso Fernández. Así, el hijo menor, Gonzalo, quedó sin
títulos y debía ganarse la vida al servicio de la corte. Primero fue paje
del Infante Alfonso, luego cortesano de los Reyes
Católicos y más tarde uno de los capitanes de la Guerra de
Granada, acontecida entre 1481 y 1942.
La Guerra de Granada fue un punto de
inflexión para Gonzalo Fernández de Córdoba. Sobresalió por sus dotes militares
y su capacidad diplomática. Ya que hablaba árabe pudo estar en contacto con la
nobleza nazarí, en especial con Boabdil, el rey Chico, con el cual
se dice que tuvo una gran amistad.
Las acciones que más lo distinguieron militarmente
fueron las conquistas de Íllora, Montefrío (donde
mandó el cuerpo de asalto y fue el primero que subió a la muralla a la vista
del enemigo) https://nachomartinezpeso.blogspot.com/2016/07/caida-del-reino-nazari-de-granada.html
y Loja donde hizo prisionero al monarca nazarí Boabdil, que
se entregó tras pedir piedad para los vencidos y moradores. Boabdil, acompañado
de Gonzalo Fernández de Córdoba, que como ya hemos dicho se consideraban
amigos, se presentó ante el rey Fernando y se rindió.
Hablando de la conquista de Íllora, Washington
Irving dice que “Después de haber puesto a Loja en estado de
defensa, Fernando el Católico prosiguió sus triunfos poniendo sitio a la plaza
fuerte de Íllora, situada a cuatro leguas de la capital y cuyo castillo era
llamado el ojo derecho de Granada”.
El Gran Capitán participó también en la
redacción de las capitulaciones de rendición, donde se fijaron los acuerdos
entre Boabdil y los Reyes Católicos. Por otra
parte, él mismo se encargó de concretar el derecho de propiedad y el respeto a
las creencias con Al-Nulih, el gobernador árabe de la ciudad.
En 1486 fue nombrado alcaide de Íllora y en estos años contrajo
segundas nupcias en el Palacio de Portocarrero (Córdoba).
Antes había contraído matrimonio con su prima Isabel de Montemayor,
que moriría pronto al dar por primera vez a luz. Su segunda esposa era María
Manrique de Lara y Espinosa, Dama de la Reina
Isabel, del linaje de los Duques de Nájera con
quien tuvo dos hijas. El enlace se produjo el 14 de febrero de 1489 en Palma
del Río e inmediatamente el matrimonio trasladó su
residencia a Íllora. Allí María Manrique se encargó de ornamentar lujosamente
la fortaleza incorporando tapices, ajuares y creó un centro cultural donde
acudían invitados de la zona y también de la ciudad vecina de Granada.
La constante
marcha de Gonzalo a las campañas de la Guerra de Granada (1482-1492) dejó a
María al frente de la casa donde demostró su implicación social y política; tal
y como se manifestó en la rápida intervención que ejerció tras el incendio de Santa
Fe de 1491. Cualidades acrecentadas durante la
intervención de su esposo en Italia.
En 1494,
finalizada la conquista de Granada, en recompensa por sus destacados servicios,
recibió una encomienda de la Orden de Santiago, el Señorío
de Órgiva, provincia de Granada, y determinadas rentas
sobre la producción de la seda granadina, lo cual contribuyó a engrandecer su
fortuna.
Después de esto, los Reyes Católicos decidieron
enviarlo a Sicilia para vigilar el estrecho de Mesina.
Por otro lado, en Nápoles la
situación era complicada, ya que el rey de Francia Carlos
VIII, lo había conquistado y ese reino pertenecía a la Corona
de Aragón. Desde Nápoles, la hermana de Fernando
el católico pidió ayuda al Gran Capitán al saber que se
encontraba en Mesina.
El dilema del
Gran Capitán era entonces si atravesar el estrecho de Mesina dejando Sicilia
para desembarcar en Calabria o no.
Era peligroso porque los franceses podrían tomar esto como una ofensiva, pero
contra todo pronóstico luchó y recuperó Nápoles. Justo después de esto, en
1499, consiguió recuperar Ostia -a
petición del Papa- en una rápida maniobra admirada en toda Europa. Por ello, el Papa
Alejandro VI le obsequió con la Rosa
de Oro, la máxima condecoración pontificia.
Tiempo después,
antes de comenzar el nuevo siglo, los turcos otomanos atacaron plazas
venecianas en el Mar Adriático. Para
detenerles en la Isla de Cefalonia se hizo una
alianza internacional. Los ejércitos y la armada aliados necesitaban un jefe,
el cual fue el Gran Capitán a
petición del Duque de Venecia y
del Papa.
La campaña de Cefalonia fue otro de los grandes logros militares de Gonzalo
Fernández de Córdoba.
Tras este tiempo de batalla, Gonzalo decide no volver a España,
sino quedarse en el Reino de Nápoles.
Allí estuvo siempre vigilando los movimientos de las tropas francesas. Luis
XII envió un poderoso ejército para conquistar Nápoles de
nuevo. Para el Gran Capitán la Guerra parecía inevitable y durante años preparó
su ejército y demoró todo lo que pudo el enfrentamiento directo. Pero la
batalla tuvo lugar en Ceriñola en 1503
y se prolongó hasta principios del año siguiente con la victoria de Gonzalo Fernández
de Córdoba, poniéndose fin a la presencia francesa en Nápoles.
Años más tarde
vuelve a España y Juana I le concede la
fortaleza de Loja y se hace
alcalde de la ciudad el día 15 de julio de 1508. Aunque había gozado de su
tiempo en Loja, enfermó y regresó a Granada a principios de agosto de 1515,
donde murió el 2 de diciembre. Fue enterrado, tal y como él pidió tras cambiar
su testamento, en la Iglesia del Monasterio de San Jerónimo de
Granada. Está enterrado junto con su esposa María de Manrique, Duquesa
de Sessa y Terranova, quien cuido con esmero el lugar de sepultura de su
marido.
Actualmente, en
Íllora podemos encontrar el escudo de Gonzalo Fernández de Córdoba, en la
fachada de una vivienda situada en la calle Colindras nº 3.
Por otro lado,
nuestro pueblo (Íllora) no olvida a este gran personaje de la historia y, por
ello, el colegio de educación infantil y primaria ‘Gran Capitán’ toma su nombre
de este ilustre personaje.
Preguntas rápidas sobre los pueblos/ciudades de Andalucía importantes para Gonzalo Fernández de Córdoba:
- ¿En qué pueblo cordobés nació el Gran Capitán?
- ¿En que pueblo cordobés se casó? ¿En que palacio?
- ¿De qué pueblo granadino fue alcalde?
- ¿Qué castillo conquistó y fue decisivo para la victoria en la Guerra de Granada?
- ¿Dónde está enterrado?
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