Ya son 20 años los que lleva en
funcionamiento este centro en la localidad cordobesa de Hornachuelos para dar
servicio a más de 800 instalaciones. Heredó los residuos atómicos que se
guardaban en las minas de esa misma ubicación desde 1961 por la Junta de la
Energía Nuclear. Hoy en día, en sus más de 20 hectáreas, 10 de almacenamiento; se distribuyen los
residuos en tres zonas diferenciadas. Las plataformas sur y norte que albergan
los residuos de baja y media intensidad y se componen de 28 celdas de hormigón entre las
dos, estando las 16 de la norte ya llenos. Y una carpa donde se albergan los
residuos de muy baja actividad. Así como otras instalaciones de control y
servicios. El Cabril está al 64% de su capacidad.
La pregunta principal es qué
contienen esas celdas. Pues se trata de materiales: ropa, herramientas,... que
han estado en contacto con cualquier actividad nuclear. Una actividad que perdurará máximo 300 años
en esos residuos y que no se moverán ya de la sierra en la que
están ubicados. Lo harán introducidos en un barril de acero relleno con
cemento. 18 caben en una unidad de almacenamiento de las que se necesitan 320
para llenar una de esas celdas. Proceso en el que jamás hay contacto directo
con los materiales y todo está robotizado y monitorizado desde la sala de
control. En los 20 años que lleva la instalación en funcionamiento se han
recibido unos 32.000 metros cúbicos de residuos radiactivos, la mayoría de
centrales nucleares.
Situado en una zona de escaso riesgo
sísmico, las plataformas están
diseñadas para soportar el impacto de un avión. De hecho, no es ese el
principal enemigo de este tipo de almacenes sino el agua, concretamente las
filtraciones. Filtraciones que se
controlan con sistemas de drenaje instalados en cada celda y que,
a día de hoy, no han tenido ninguna incidencia. Armando del Campo de
comunicación de Enresa recuerda que se realizaron mediciones nucleares antes de
la instalación del almacén y que los resultados son idénticos a los actuales.
No obstante, desde Ecologistas en Acción recuerdan que en 300 años, periodo de actividad radiactiva
de los residuos, pueden suceder muchas cosas.
Lo que sí sucedió en Hornachuelos,
término municipal al que pertenece el Cabril, fue un boom económico durante los
años que duró la construcción del complejo. Una instalación que hoy en día
ofrece 380 empleos entre directos e indirectos. Los ayuntamientos limítrofes no
se quejan de la instalación puesto que su mera cercanía les merece compensaciones estatales que suponen más de
1'6 millones de euros anuales. No obstante, su censo poblacional ha
caído un 12% lo que indica que ni los cementerios nucleares pueden luchar
contra la emigración de los pueblos y la sangrante crisis económica que arroja
un 13% de paro en la zona.
Lee detenidamente el
siguiente texto y contesta a las preguntas:
1. ¿Quién
crees que es ENRESA? ¿Qué significan esas siglas?
2. Busca
sinónimos para las siguientes palabras del texto:
Peyorativo
Alberga
Boom económico
3. ¿Por
qué pronto dejará de ser el único cementerio nuclear?
4. ¿Qué
tipos de residuos alberga el Cabril? ¿De dónde procede la mayoría?
5. Cita
para que tres tipos de problemas u accidentes está preparada la instalación
6. ¿Cuántos
años llevan almacenando residuos en El Cabril?
7. ¿Qué
materiales suelen llegar a El Cabril? ¿Cómo suelen almacenarse?
8. ¿Por
qué piensas que los pueblos cercanos no se quejan de las instalaciones?
9. ¿Qué
explicación dan desde ENRESA acerca de los niveles de radiación?
10. Escribe
un pequeño resumen (10 líneas aproximadamente) sobre las instalaciones de El
Cabril.
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