La batalla
de Covadonga tuvo lugar el 28 de mayo del 722 en Covadonga (España), un
lugar próximo a Cangas de Onís (Asturias), entre el ejército cristiano de don
Pelayo y tropas musulmana. Las tropas de don Pelayo, un pequeño grupo de
unos 300 guerreros astures, vascos y gallegos, derrotaron a un ejército regular
musulmán capitaneado por Alqama.
Esta
refriega o batalla es considera por los historiadores como el inicio del largo
proyecto denominado Reconquista, que concluyó el 2 de enero de 1492,
cuando Boabdil entregó las llaves de Granada a los Reyes
Católicos.
Veremos en
esta página, de manera resumida, el periodo desde 711, batalla de Guadalete al
722 batalla de Covadonga. Estos 10 años, es uno de los periodos más oscuros e
inicuos de la historia de España
Antecedentes Históricos de la
Batalla de Covadonga
Pelayo
era el jefe o espatario de la guardia personal de don Rodrigo. Pelayo y Rodrigo
eran primos y pertenecían la linaje de Chindasvinto. El gran rey Chindasvinto
tuvo tres hijo, Recesvinto, el primogénito, Teodofredo y Fávila. Don Rodrigo
fue hijo de Teodofredo y Pelayo de Fávila.
Pelayo,
sobrevive a la batalla de Guadalete y posteriormente se refugia en Toledo. Con
el Arzobispo Urbano se retira, buscando refugio, al norte de la Península,
cerca de donde había nacido, en Cosgaya.
Muchos
nobles se refugiaron en la Septimania Fanca, otros se aliaron directamente con
los musulmanes y fueron vasallos suyos. Pero los irreductibles se refugiaron en
Asturias.
Cuenta la
tradición histórica, que el moro Munuza, gobernador musulmán de la zona,
quiso conseguir a la hermana de Pelayo, para lo cual envió a éste a Córdoba
como rehén, pero en el verano de 717 Pelayo pudo escaparse y retornar a su
querida tierra. Pelayo se opuso al enlace de su hermana con el gobernador y se
echó al monte, para buscar refugio en el macizo de los Picos de Europa. Pelayo
no era el bandido de la versión musulmana, sino un vengador.
Pelayo
acudió a Cangas donde los cristianos sometidos celebraban una asamblea.
Pelayo les reprochó un ignominiosos y cobarde comportamiento y les animó a la
rebelión ante el opresor musulmán. Aquel grupo de astures irreductibles,
decidieron unirse a Pelayo y se alzaron en armas con él. Les convocó a una
asamblea general; en ella le reconocieron como caudillo y de esta forma, el
antiguo estepario de don Rodrigo, se convirtió en jefe de un levantamiento
popular.
Inicio de la Rebelión Asturiana
Asturias era
gobernada y controlada por Munuza desde Gijón. Al principio los astures fueron
vasallos, pero poco a poco se fueron convirtiendo en rebeldes populares hasta
que dejaron de pagar tributos al gobernador musulmán.
En el 718,
los nobles astures a las órdenes del caudillo Pelayo, decidieron recuperar su
legitimidad y el territorio perdido. Recuperar Hispania para los Cristianos, su
lucha se iba a convertir también en una guerra de religión: la cruz contra la
media luna.
Pelayo se
niega a seguir pagando tributo, ya no es vasallo de los musulmanes. Se inicia
la sublevación con hombres vascos, astures, gallegos, todos ellos dispuestos a
levantar su espada contra el invasor musulmán.
La crónica
musulmana de Córdoba, habla de unos “asnos salvajes” que se han
levantado en el norte de Hispania. Les consideran salvajes, sin educación,
bárbaros. Entonces, desde Córdoba se envía un ejército al mando de Alqamapara
rendir a los “asnos salvajes”. Alqama era uno de los mejores generales de Muza,
había que rendirlos lo antes posibles, no se debía correr riesgos de nuevas
sublevaciones.
Entre tanto,
Pelayo ampliaba su control sobre la zona desde el valle de Cangas y a inquietar
a las guarniciones de Munuza de la comarca. Los nobles se fueron, poco a poco
sumando a la rebelión.
Comienza la Batalla de
Covadonga
Pelayo, no
contaba con muchos medios, entre 200 y 300 soldados estaban a sus órdenes
en las montañas de los Picos de Europa. Su cuartel general o corte lo establece
en Cangas de Onís, desde donde va a iniciar las acciones de castigo a las tropas
musulmanas. Pelayo guió a sus hombres a una montaña mágica, el monte Auseva que
será su refugio de Pelayo y sus irreductibles.
Según la
crónica musulmana, Alqama se dirigió a Asturias con un ejército de 185.000
hombres, historiadores reducen la cifra a 20.000. Los musulmanes
tenía la razón de la fuerza pero Pelayo tenía la razón de su tierra, de un
linaje de 300 años de historia. Un enorme ejército de jinetes, arqueros,
honderos se van acercando a Cangas.
En ese
momento Pelayo recibe una visión, ve en el cielo una inmensa cruz bermeja,
es el pendón perdido de los godos en Guadalete; y además se le aparece la
Virgen y le anuncia que la victoria estará de su lado; después de esta visión,
un ermitaño atestigua que la Virgen le entrega una cruz, una cruz confeccionada
con las ramas de un roble, es la Cruz de la Victoria. Pelayo está
convencido de su papel y decide presentar batalla.
Alqama recurre
a la guerra psicológica, envía al traidor don Oppas como
parlamentario para negociar con Pelayo. Don Oppas, anima a Pelayo a la
rendición, a la entrega de las armas, ofreciéndole todo tipo de promesas. Le
habla de lo bueno que son los musulmanes, le asegura que le devolverán sus
tierras y posesiones, que con los musulmanes se vive bien. Según el rey Alfonso
III, las palabras del traidor al caudillo, fueron estas:
“Escucha mi
consejo y vuelve tu ánimo de tu decisión, ara que poseas muchos bienes y
disfrutes del consorcio de los caldeos”
Pero
afortunadamente, Pelayo ha cambiado y le asegura al ex-arzobispo de Toledo, que
él ya no lucha por sus tierras, que no es una guerra por las posesiones, que es
una guerra por la Fe . Está convencido que es una lucha por la Cruz, que él no
va a ser gobernado por alguien que no asume la creencia de la Cruz.
Pelayo se
preparó para resistir la embestida musulmana contra su cueva el 28 de mayo
del año 722 , año 103 de la Hégira.
Pelayo toma
a su ejército y se atrinchera en la Cova Dominica, en Covadonga. Los
musulmanes inician los ataques, eran por los desfiladeros, Pelayo a desplegado
a sus 300 guerreros godos. Los godos eran expertos en arcos y lanzamiento de
piedras con ondas. Conocían el territorio perfectamente, atacaban en emboscada,
se replegaban y volvían al ataque; no paraban, no permanecían fijos en el
terreno.
Los
sarracenos avanzan por aquellos estrechos desfiladeros y son blanco muy fácil
de las piedras y flechas de los hombres de Pelayo. Los 300 de Pelayo
están logrando, con sus medios parar a la mole de los 20.000 ismaelitas de
Alqama. Cuenta la leyenda, que los hombres de Alqama lanzaban las flechas
y piedras con las ondas, contra los hombres de Pelayo, y que por intercesión
divina o por el cumplimiento las leyes de la física clásica, se volvieron
contra aquellos que las lanzaron.
Los
musulmanes estaban teniendo demasiadas bajas, y decidieron retroceder. En este
momento, Pelayo lanzó un ataque desesperado desde la Cova Dominica. Los
soldados de Pelayo saltaron como posesos sobre las fuerzas musulmanas. El
espíritu combativo era enorme, los cristianos estaban determinados a la
victoria; los musulmanes seguían retrocediendo por aquellos estrechos
desfiladeros. Era imposible, no podía ser que 300 asnos salvajes hicieran
retroceder a todo un cuerpo de ejército musulmán.
Alqama murió
en el combate y Oppas, el cristiano traidor, que habló de paz a los rebeldes,
fue hecho prisionero en el mismo campo de batalla. Los agarenos al ver muerto a
su jefe, se dividieron y el pánico le obligó a huir desordenadamente.
La Victoria de los Irreductibles
Astures
La verdad es
que Covadonga no fue una gran batalla, fue un encuentro, una refriega que tuvo
un gran impacto en la moral de las fuerzas de resistencia al poder emergente. Esta
victoria llenó de orgullo y seguridad a los de Pelayo y fue suficiente para
iniciar un movimiento de resistencia al invasor. Los escritos árabes de época,
reconocen que algo ocurrió en esas fechas en Covadonga.
Los hechos
históricos confirma que los musulmanes, estando en las Galias, tuvieron
que desviar importantes efectivos al norte de Hispania. Esto confirma que algo
importante, algo grave estaba ocurriendo en estas fechas en Asturias. Esta
rebelión alivió presión musulmana sobre la Septimania Francesa lo que
sin duda tuvo consecuencias positivas para el continente europeo.
Aquellos
irreductibles vascos, gallegos, astures, cumplieron haciendo bien su trabajo.
Don Pelayo amplió tu territorio y consiguió ocupar la ciudad de León. Aquello
fue el germen, el inicio del Reino Asturiano, desde Cangas de Onis, Pelayo
permaneció durante muchos años luchando, era incansable, acudía a todos los
frentes, estaba en primera línea junto a sus hombres, era frenético y no
pudieron matarle.
En la
crónica musulmana nos dicen que aquellos 300 fueron reducidos a 30, a 30
hombres y 10 mujeres, decían las crónicas musulmanes. 30 asnos, qué pueden
hacer 30 asnos, no pueden causarnos ningún perjuicio. Pero la reconquista
había comenzado. Hubo muchos muertos, prueba de ellos son los topónimos
conservados hasta hoy, aludiendo a los montones de huesos que quedaron en los
barrancos de los caminos y que siguen hoy encontrándose huesos de los invasores
de España.
Consecuencia
de la Batalla de Covadonga
En el año
1035, aparecería el Reino de Castilla. Durante esos siglos, inmensas
luchas, sangrientas razias, interminables batallas, fue un larguísimo camino
sin retorno al pasado de Guadalete. Finalmente todo se regeneró, aquel viejo y
decadente reino visigodo se transformó, dolorosamente con el paso de los
tiempos y en el 1482, estallaba con virulencia la última guerra de la
Reconquista, la Guerra de Granada. Durante 10 años estuvieron combatiendo moros
y cristianos en el reino Nazarí de Granada.
El 2 de
enero de 1492, se ponía punto y final a la reconquista, los Reyes
Católicos, Isabel y Fernando tuvieron el honor de recibir de Boabdil las llaves
de Granada.
Después
vino el descubrimiento de América y otras cosas más. Pero esta enorme empresa
que duró 8 siglos, tuvo un inicio, un arranque, cuando en aquellas montañas
perdidas se rebelaron 300 astures irreductibles. En Covadonga, en la Cova
Dominica iniciaron su revuelta.......
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