La historia de
los Reyes de España de la Casa de Austria comienza
a principios del siglo XVI. Tras la
muerte de Isabel la Católica, el reino de Castilla pasa a Juana I “La Loca” y a su marido Felipe I “el Hermoso”, descendiente de la Casa de Habsburgo. Pero en realidad no llegaron a
detentar el poder puesto que Felipe murió a
los pocos meses y Juana fue declarada incapaz
para gobernar.
El heredero del matrimonio de Juana I y Felipe I habría
de ser su hijo Carlos, pero por su corta edad no
se haría con el trono hasta la muerte de su abuelo, Fernando de Aragón (Fernando el Católico)
en 1516. Él heredaría un vastísimo imperio de sus
padres y abuelos. A su vez recibió los títulos de Emperador del Sacro Imperio Romano como Carlos V y de Carlos I de España.
A todos esos territorios europeos de Carlos I había que sumarles las colonias
americanas. Su objetivo fue el de recomponer el Imperio Universal Cristiano, motor para buscar nuevas anexiones de tierras
bajo la premisa de la defensa de la religión católica,
en el contexto de la Reforma Protestante y
la Contrarreforma Católica.
Pero la expansión territorial y las campañas militares tuvieron sus consecuencias
negativas. La administración de un imperio tan
extenso implicó la delegación en virreyes y consejos, dificultando la consolidación del poder central. La presión económica
era tanta que no la cubrían las extraordinarias riquezas que llegaban de América. También se originaron importantes revueltas en
territorio español como la Rebelión de los Comuneros.
Carlos I falleció en 1558, pero en 1556 ya
había abdicado el trono de España en favor de su
hijo Felipe II y el del Sacro
Imperio Romano Germánico a su hermano Maximiliano.
Esto marcá la división de la Casa de Austria en
dos líneas: los Austrias de Madrid y los Austrias Viena.
Al asumir Felipe II como Rey de España continúo con las campañas
militares de Carlos I y con la defensa de
la iglesia católica. En el territorio de los Países Bajos debió enfrentar la rebelión de Holanda que se oponía a tener un rey español en su
política. Este fue el inicio de una guerra que duró
de 1566 a 1598 tras la cual una parte de este territorio (las Provincias Unidas u Holanda) se independizó. Este significó un duro golpe
económico para la Corona española.
Al mismo tiempo llegaban extraordinarias
riquezas provenientes de la explotación de la plata y el oro de las colonias de América. Pero paradójicamente esto
repercutió en forma negativa sobre la economía, que
atravesó momentos tan críticos que Felipe II debió
declarar en distintas oportunidades la bancarrota del Estado.
Por un lado, parte de estas riquezas se
desviaron a las importaciones de textiles ingleses y holandeses, lo que frenó
el desarrollo la manufactura local. Por otro los metales preciosos fueron
utilizados para financiar la guerra por
intermedio de préstamos y créditos, generando el endeudamiento de la Corona Española.
Felipe II reinó hasta 1598,
año de su muerte, legando el Trono a su hijo Felipe III. Así se cerraba el período conocido
como de los Austrias Mayores, y comenzaba el de los Austrias Menores llamados así por haber reinado
durante un período de decadencia española en el que el país acusó graves
problemas políticos, económicos y sociales.
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