EL FASCISMO ITALIANO: BENITO MUSSOLINI
Italia tras la I Guerra Mundial estaba sumida en una crisis política, económica y social que propició la subida al poder, mediante un golpe de estado, de un grupo paramilitar con Benito Mussolini a la cabeza.
A pesar de intervenir en el bando vencedor de la Guerra Anunciada, Italia estaba muy enfadada con las potencias de la Entente ya que no se le había cedido ningún territorio colonial de los países vencidos que se le habían prometido tras la firma de la paz.
Esto provocó una gran tensión entre Italia y los países vencedores y Mussolini cansado de esperar, invadió por su cuenta Abisinia (actual Etiopía) y así conquistar lo que le había prometido la Sociedad de Naciones (SDN). Esto provocó un enfado mayúsculo en el Emperador de Abisinia que presentó una queja formal en la SDN pero de nuevo el papel de la SDN no sirvió para mucho y sólo le impusieron unas pequeñas indemnizaciones a Italia.
En realidad la invasión de Abisinia no fue una maniobra muy fructífera para Italia ya que su ejército quedó muy mermado y se produjeron gran cantidad de bajas.
Durante los años de la Dictadura, Mussolini creó una gran represión contra los contrarios al Régimen y para ello se ayudó de las “camisas negras” que eran un grupo militar que intervinieron en la IGM y que arrestaban o fusilaban a los contrarios de “el Duce” (el jefe en italiano).
Años más tarde y viendo la ambición de Mussolini por conquistar territorios y adquirir poder, se alió con el partido Nazi alemán (Hitler) y con Japón (Hirohito) formando el denominado Eje Berlín-Roma-Tokio que años más tarde en 1939 se convertirá en uno de los bandos de la Segunda Guerra Mundial.
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