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Antes de que naciese la civilización griega (o helénica) propiamente dicha, en la isla de Creta primero, y en la península del Peloponeso después, surgieron la brillante y refinada civilización minoica o cretense, y la más belicosa y expansiva civilización de los aqueos, o micénica. Ambas son conocidas como Civilizaciones pre-helénicas y los griegos las recordaron como una «edad dorada», tras la que llegó la «época oscura», un período del que han quedado pocos restos o documentos y, por lo tanto, bastante desconocida, que abarca desde el siglo XI hasta comienzos del VIII a.C.
También
conocida como civilización helénica, Grecia fue
el escenario en el que nació y se desarrolló, entre los siglos VIII y I a.C.,
la civilización occidental, que hoy se ha extendido por todo el mundo. Los
griegos vivían, trabajaban y se relacionaban entre sí en el marco de las polis, o ciudades estado independientes. Solo les unía
una lengua y una cultura compartida, en la que destacaba su mitología, la
importancia de los santuarios panhelénicos (o de «toda Grecia», como el de
Delfos, al que acudían a pedir consejo a su famoso oráculo), o tradiciones como
las Olimpiadas (juegos atléticos que se celebraban
cada cuatro años desde el 776 a.C.)
La influencia de su cultura se extendió pronto por toda la cuenca del Mediterráneo y del Mar Negro, gracias a la colonización, un movimiento de pobladores que, procedentes de diferentes polis griegas, fundaban nuevas ciudades, generalmente costeras, en territorios lejanos. Algunas de estas ciudades fueron Marsella o Ampurias.
Posteriormente, tras los intentos frustrados de los reyes persas Darío y su hijo Jerjes por conquistar Grecia durante las llamadas Guerras Médicas, en la primera mitad del siglo V a.C. llegó la época de máximo esplendor de las polis griegas, especialmente de Atenas, conocida como período clásico. La rivalidad con Esparta daría lugar, sin embargo, a un período de inestabilidad que desembocó en las Guerras del Peloponeso, en las que se enfrentaron, durante la segunda mitad del siglo V a.C. dos alianzas militares comandadas, una por Atenas (la liga de Delos) y otra por Esparta (liga del Peloponeso). Con la victoria de Esparta terminó el conflicto, que dejó una Grecia arruinada y cansada de guerras, presa fácil para el rey Macedonio Filipo, que invadió el país ya en el siglo IV a.C. Su hijo Alejandro Magno, sin embargo, consiguió unir a los griegos en una empresa de gran envergadura como fue la conquista de un imperio que llevó la cultura griega desde Egipto hasta los confines de la India. Al mismo tiempo, la vieja y rica cultura de los países conquistados también influyó en Grecia, dando lugar a un intercambio sin precedentes que enriqueció a todos ellos.
En Grecia se
consolidó una economía basada en la moneda y en los negocios, dentro de una
sociedad abierta a nuevas ideas e innovaciones, es decir, al progreso. En la
polis de Atenas surgió una forma de organización y
ejercicio del poder que hoy se ha generalizado: la democracia. Además, el arte griego ha quedado para la
historia como un modelo que influirá o se copiará posteriormente a lo largo de
los siglos, como en Roma. Por último, Grecia fue la cuna de una forma de
entender el mundo que no se basa en explicaciones irracionales o religiosas
(Mythos), sino en la razón y la lógica (Logos), es decir, en la filosofía y en su derivada, la ciencia. Grandes filósofos como Sócrates, Platón o Aristóteles
son los «padres» del saber filosófico y la ciencia en Occidente.
Atenas fue la gran polis en la que se alcanzaron o en la que confluyeron la mayor parte de los logros antes expuestos, por lo que se ha convertido en una de las ciudades más importantes e influyentes de la historia, y en la que se encuentran algunos de los monumentos más representativos de Grecia. Debajo de estas líneas podemos ver una recreación de lo que pudo ser la Atenas clásica.
Pero también es cierto que, por otro lado, Grecia fue una sociedad en la que se
admitió, como algo natural, la existencia del esclavismo, así como
la subordinación y marginación, en muchos casos, de la mujer, que no poseía los
mismos derechos políticos que los hombres. También fue una sociedad que no pudo
encontrar en la diplomacia y el diálogo la solución a sus numerosos conflictos,
por lo que se desangró en guerras civiles internas o entre las diversas polis.
Una vez leído el texto, contesta las siguientes preguntas:
- ¿Cómo se le conocía también a la civilización Griega?
- ¿Qué eran las polis?
- Escribe tres cosas que unían a las polis griegas
- ¿Qué eran las Olimpiadas? Escribe cuatro o cinco líneas sobre las Olimpiadas en la actualidad
- ¿A qué dos polis enfrentó la Guerra del Peloponeso?
- ¿Por qué destacó Alejandro Magno?
- ¿Qué es la Democracia? ¿Dónde nació?
- Escribe el nombre de tres filósofos griegos
- ¿Qué polis griega fue la más importante e influyente de la historia?
- ¿Qué dos malas cosas no pudo evitar la Grecia Clásica?
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